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Cinefilia: Cidade de Deus (2002)


Para nadie es un secreto que la vida en las favelas no es fácil: pobreza, drogas, delincuencia o marginalidad son sólo algunas de las realidades que se viven allí día tras día. Sin embargo y a pesar de que situaciones como esas son de conocimiento público, poco o nada se hace para remediar problemas de esa índole, y no hablo solamente de las temidas favelas brasileñas, ya que en realidad podemos extrapolar esas problemáticas a casi cualquier rincón del planeta. Por eso respeto profundamente esta película, porque pocas veces se ha visto una denuncia social tan clara y tan contundente que en lo personal me impactó de una manera tremenda, hasta el punto de llegar a considerar a Ciudad de Dios como una película casi perfecta y, sin duda alguna, mi favorita del siglo XXI.


Basada en hechos reales y dirigida por Fernando Meirelles y Kátia Lund, la película nos cuenta la historia de una favela de Rio de Janeiro conocida como Cidade de Deus, en la cual se narran varios sucesos ocurridos durante la década de los 60, de los 70 y principios de los 80. El narrador de los hechos es un joven conocido como Buscapé (Alexandre Rodrigues) el cual es testigo del cambio que sufre el lugar en el que vive debido principalmente a la violencia callejera y al crimen relacionado con el tráfico de drogas. A pesar de ese panorama poco favorable, él tiene el deseo de convertirse en fotógrafo profesional y así no tener ningún tipo de relación con el mundo del crimen a pesar de que su hermano mayor forma parte de un grupo de atracadores conocidos en la favela como Trio Ternura, compuesto por Cabeleira, Marreco y Alicate, y que están siempre acompañados por dos niños llamados Dadinho y Bené.

Eventualmente tanto Buscapé como Bené y Dadinho crecen pero van tomando rumbos diferentes; mientras que Buscapé trata de llevar una vida honrada, sin problemas y con miras a cumplir su sueño, Bené (Phellipe Haagensen) y sobre todo Dadinho se convierten en los dueños de la favela al cumplir apenas la mayoría de edad, siendo éste último quién realiza las mayores fechorías pasándose a llamar Zé Pequeño (Leandro Firmino) y luchando por el control de la Cidade de Deus contra otro traficante de la zona llamado Cenoura (Matheus Nachtergaele). Así se van sucediendo distintas situaciones mientras van incorporándose a la trama otros personajes de gran importancia como Mané Galinha (Seu Jorge), Angélica (Alice Braga) o Filé (Darlan Cunha). Destacar el estupendo trabajo de actores realizado en el film, lo cual tiene mucho mérito si tenemos en cuenta que la gran mayoría de ellos no eran actores profesionales y éste era su primer papel, lo cual fue una estrategia del director para darle un mayor realismo a la cinta.


Uno de los aspectos más remarcables de la película es su increíble y frenético montaje (compuesto por una serie de capítulos), el cual contiene una sucesión de imágenes que se te quedarán grabadas en tu retina en gran medida gracias a una fotografía impecable que hace un uso del color en base al momento que se está narrando en la película, debido a que la historia (aunque no de manera lineal) abarca casi tres décadas. De tal manera, somos testigos de una proeza técnica de edición magnífica en la que se utilizan numerosos recursos que logran crear un ambiente incomparable y muy acorde a lo que se está narrando, algo que permite que todo fluya de una manera fantástica. La banda sonora es absolutamente genial y le da un plus a la historia, la cual en ningún momento pierde el ritmo y se hace sorprendentemente amena durante las dos horas de duración del film.

El retrato psicológico de todos y cada uno de los personajes es excepcional, dotándolos de unas personalidades únicas que son aderezadas con unos diálogos memorables entre todos ellos. Todos estos personajes tienen sus luces y sus sombras, sus momentos de alegría y tristeza, pero me gustaría centrarme en tres de ellos ya que representan muy bien el amplio rango al que me estoy refiriendo: Zé Pequeño, Bené y Buscapé. El personaje de Zé Pequeño es bastante complejo pero básicamente se trata de la encarnación del mal debido a su carácter violento e irascible, con el cual es imposible empatizar al presenciar las barbaridades que comete; mientras que Buscapé es todo lo contrario, un chico tranquilo que trata por todos los medios escapar de esa vorágine violenta y que a duras penas lo consigue. Por otra parte, Bené es el contrapunto perfecto para los dos, ya que a pesar de ser el mejor amigo de Zé Pequeño y estar metido en el tráfico de drogas no deja de ser un chico entrañable, que cae bien a todo el mundo y que también desea dejar atrás esa vida criminal.


Razones para visionar Cidade de Deus hay muchas pero si tuviera que elegir una sola sería la impactante crítica social que hace de la vida en una favela cualquiera de Brasil. Estamos hablando de una película muy cruda y que no hace concesiones, que te muestra la violencia de una manera que te impacta y que te crea una conciencia acerca de cómo la misma violencia se impregna en el día a día de las personas. Y no estoy hablando únicamente de los delincuentes sanguinarios como Zé Pequeño, aquí la violencia y el crimen se reparte a partes iguales, basta ver como ese grupo de niños marginales poco a poco se van convirtiendo en asesinos en potencia o cómo un trabajador honrado como lo es Mané Galinha sufre las consecuencias de la misma en carne propia y decide tomarse la justicia por su mano. En definitiva, la película en cuestión es una obra maestra con mayúsculas no sólo por lo que retrata, sino también por cómo lo cuenta y la manera tan impactante que tiene de dejar huella con su mensaje.

  • Para poder rodar la película en una verdadera favela, Fernando Meirelles necesitó del permiso de los narcotraficantes que operaban en la zona. De otra manera hubiera sido imposible realizarla ya que sin protección de los mismos la seguridad de los miembros del elenco no podía ser garantizada.

  • Se trata de una adaptación de la larga novela homónima de Paolo Lins que cuenta con más de trescientos personajes y cien historias a lo largo de sus seiscientas páginas.

  • El reparto está formado por intérpretes no profesionales elegidos tras conformar un grupo de 110 jóvenes que trabajaron durante ocho meses en un taller especial.

  • El personaje de Mané Galinha es interpretado por el cantante y compositor brasileño Seu Jorge, quién se crió en una favela de Rio de Janeiro y que tras el asesinato de su hermano empezó a vivir en la calle, hasta que pudo salir de la indigencia gracias a la música.

  • Fue nominada a cuatro Óscars en las categorías de Mejor Director, Mejor Montaje, Mejor Guión Adaptado y Mejor Fotografía, aunque increíblemente no ganó ninguno de ellos.

  • A pesar de no conseguir tantos premios internacionales, ha sido por considerada por muchos críticos y revistas especializadas en cine como una de las mejores películas de la década y unánimemente como la mejor película brasileña de todos los tiempos.

  • Los nombres originales de los personajes en portugués fueron cambiados para la versión norteamericana de la película; por ejemplo, Buscapé pasó a llamarse Rocket, Zé Pequeño se convirtió en Lil' Zé, Mané Galinha se llamó Knockout Ned, Cenoura fue Carrot y Cabeleira se cambió por Shaggy.

  • Aquí el trailer oficial de la película:

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